Aunque nadie lo sepa

Un nacimiento verbal, un juego de libertad y naturaleza pensada, un sentimiento.

miércoles, 3 de agosto de 2016

La catastrófica casualidad de una circunstancia

Como cuando te lees el "Principito" de pequeño y no entiendes una puta mierda... soy una jodida catástrofe que se empeña en ser un desastre, con la mejor suerte del mundo.  Soy ese viaje en autobús que te toca las pelotas un viernes por la tarde, o ese tortazo de realidad que se ríe cuando tropiezas con tu puto ego... y así, a golpes de estado en tu hemisferio izquierdo, me voy colando poco a poco en tus noches...
Porque al final, la realidad, se cobra sus besos, aunque a veces, no estén, y No, no quiero ser sin estar, pero con las mismas ganas, no quiero estar sin ser. Soy cada puta promesa que no cumples, eres cada plan que no hago, mi jodida contradicción gemela, la misma a la que quiero y no quiero a partes iguales.
Joder, si los dos medimos el mundo en las mismas sílabas, por qué cojones siento que a veces, sólo sepas medirme sin medida, y yo no sepa ni si quiera cuantas sílabas tienen tus ojos, te hablo de cuando tu atracción me repele y viceversa.
Supongo que no tengo ni idea.
Pero a nosotros, nunca nos quedará París... pero siempre nos quedará la poesía... y mientras, no te voy a engañar, la vida es una putada.
Me queda tanto por aprenderte, que me la pone muy dura pensar que jamás sabré una mierda de ti.
De momento, me voy a limitar a sonreírte, saltándome el turno de conocerte.
Acumulo pesadillas que catalogo como casualidades, pero crecí y me di cuenta de que no busco a nadie que mate por mi, si no alguien, que viva por verme vivir. Y tampoco quiero que me asuste el futuro, ni con qué pronombre escribir o escribirte, que la vida siempre tiene borrones, y que la forma de borrarlos sea corrernos, las veces que haga falta...
Que no quiero un nosotros, que tú te vales sola, y yo, no quiero valerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario