Aunque nadie lo sepa

Un nacimiento verbal, un juego de libertad y naturaleza pensada, un sentimiento.

jueves, 25 de agosto de 2016

Ahora te pido que me odies de memoria

A la espera de una marcha más para salir de otro punto muerto, busco esa pieza de tu puzzle que no encaje en el mío, asi, sabré por qué pierdo velocidad en tu lado aleatorio.
Parto de la ingenuidad de la ironía, de la inocencia de los falsos testigos y desde mi oposición a la opinión de los payasos grises, anormales y aislados, te digo que todo me importa dos medias mierdas. Ya no quedan treces para contar gatos negros, pero aún tengo ganas de contar chistes sobre morir hasta que aplauda tu noche, y puestos a salir, hagamos un sol, que sale, y se pone...
Ya, ya sé que empieza la ilusión, que empiezas a volar y en piezas aterrizas, pero quién dijo medio, quiso decir miedo, cuando dijo Diego, pero a mi ya me engañó 25 años, y en aquel lugar ya no hay sitio para suertes sin conversación.
Ahora te pido que me odies de memoria, que le sonrías al recuerdo. Que no es lo mismo ser un mal pasajero de tu viaje que, tu viaje haya sido un mal pasajero, no, no es lo mismo. Y que tu memoria se olvide de mis cuentos de medias noches y de cocacola fría, que septiembre volverá a taparme, y recordaremos juntos como era aquello de decirnos adiós, con ese tono de cuando ni siquiera nos conocíamos.
Lo siento si te ofende mi sinceridad... bueno, siendo sincero, no lo siento.
Ódiame de memoria y muérdeme!

domingo, 7 de agosto de 2016

Yo soy mio

Yo soy mio y me comparto contigo, a ratos, a sorbos...
A partir del día que te merezca... todo eso, como hasta siempre,
pero mira, igual para entonces, he aprendido a bailar...
como dos cosas muy desequilibradas que tienden a desordenarse juntas,
dentro de un mismo caos, pero fuera de si.

Yo soy mio, y me comparto contigo, a veces, a tragos...
A partir del día que me merezcas... Todo eso, como nunca,
como cuando tu equilibrio me contradice, y se me olvida bailar...
Primero por que jamás me creerías, que nadie había sido tan cierto,
dentro de una misma verdad, pero fuera de cada mentira.

Yo soy mio, y me comparto contigo, a veces, a mordiscos...
A partir de cada anécdota, de cada atención... todo eso, como alguna vez.
Pensar, que todo se pudo y nada se tuvo.. pensar por pensar...
Y de repente tus respuestas y tus propuestas acaban sin ser.
He perdido el tiempo, y quiero que me ayudes a encontrarlo.

Yo soy mio, y me comparto contigo, a veces, a tortazos...
A partir del tiempo perdido, aunque me cueste o me acuestes,
algo así como breve, algo sin firmar, algo que no se ve, pero se siente...
Y tú y yo ahí, dando cosas por hecho, pero sin hacer nada,
En vez de hacernos un garabato y perderme en tus putas curvas.

Yo soy mio, y me comparto contigo, a veces y a veces no...



miércoles, 3 de agosto de 2016

La catastrófica casualidad de una circunstancia

Como cuando te lees el "Principito" de pequeño y no entiendes una puta mierda... soy una jodida catástrofe que se empeña en ser un desastre, con la mejor suerte del mundo.  Soy ese viaje en autobús que te toca las pelotas un viernes por la tarde, o ese tortazo de realidad que se ríe cuando tropiezas con tu puto ego... y así, a golpes de estado en tu hemisferio izquierdo, me voy colando poco a poco en tus noches...
Porque al final, la realidad, se cobra sus besos, aunque a veces, no estén, y No, no quiero ser sin estar, pero con las mismas ganas, no quiero estar sin ser. Soy cada puta promesa que no cumples, eres cada plan que no hago, mi jodida contradicción gemela, la misma a la que quiero y no quiero a partes iguales.
Joder, si los dos medimos el mundo en las mismas sílabas, por qué cojones siento que a veces, sólo sepas medirme sin medida, y yo no sepa ni si quiera cuantas sílabas tienen tus ojos, te hablo de cuando tu atracción me repele y viceversa.
Supongo que no tengo ni idea.
Pero a nosotros, nunca nos quedará París... pero siempre nos quedará la poesía... y mientras, no te voy a engañar, la vida es una putada.
Me queda tanto por aprenderte, que me la pone muy dura pensar que jamás sabré una mierda de ti.
De momento, me voy a limitar a sonreírte, saltándome el turno de conocerte.
Acumulo pesadillas que catalogo como casualidades, pero crecí y me di cuenta de que no busco a nadie que mate por mi, si no alguien, que viva por verme vivir. Y tampoco quiero que me asuste el futuro, ni con qué pronombre escribir o escribirte, que la vida siempre tiene borrones, y que la forma de borrarlos sea corrernos, las veces que haga falta...
Que no quiero un nosotros, que tú te vales sola, y yo, no quiero valerte.