Que dicen que soy y desdicen que no soy tu luna de mármol, un viajero que camina por tu espalda en tormentas y con el rugir de la desdicha y el abandono, peino los secretos que tu lengua animal me susurra a los pies... Tus sendas me visten las noches que no camino y repito y me repito que no estás cuando dices que te vas. Recoges mis huellas de corteza triste, las adormeces y te haces cuentos para no morir.
Hoy te invito a que tu eternidad sin testigos vivos se deje acuchillar con el cariño de polvo que te escribo, te reto a pensarme como yo lo hago todos los días tan solo un segundo.
Y de pronto, el germen de tu cima se asoma curiosa en mi frente de madera y como en un aplauso de las nubes tu sudor me revienta la realidad... me sobran manantiales de lágrimas para regar tu regazo sembrado, que siempre llego a la misma conclusión... "mi casa está donde estás tú"
Vamos!! Sigue escribiendo Santi!!
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